Sabrina, Harvey y Valerie se disponen a ir a desayunar pero cuando quieren salir, la casa de Sabrina está sellada. Zelda cree que Hilda olvidó pagar la hipoteca pero luego se dan cuenta de que el conjuro que mantiene la casa sellada se debe a una riña familiar. Sus primos Racine y Boyd están disgustados con las hermanas Spellman porque la bisabuela les dejó el libro mágico en su testamento y descubrieron que está en poder de una semi-mortal, Sabrina.