Oscar gana el duelo, pero Alain le deja claro que todos en la compañía ya han vendido su propia arma. Los nobles no conocen la miseria de la gente común. Cuando Oscar pasa por París por la noche con André en su carruaje, es atacada por la gente rebelde. Graf von Fersen la salva y Oscar se da cuenta de su amor por André. Crece el odio del pueblo contra los nobles.