Durante la época Victoriana, el matrimonio Weiland, formado por Charlotte y John, tratan de recuperarse de la muerte de su hija Sarah, tras incendiarse la casa donde vivían. Su abogado alquila un gran caserón en el campo donde se van a vivir temporalmente junto a la hermana de Charlotte, Jennie. Mientras se intenta solucionar los problemas burocráticos para recuperar el coste de su antiguo hogar, Charlotte está convencida de que su difunta hija está allí con ellos...en esa misteriosa casa con las paredes empapeladas de color amarillo...